SANTIAGO. Las nuevas autoridades de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) han detectado un déficit que ronda los 40 millones de pesos, lo que ha imposibilitado, incluso, que el anterior incumbente de esa institución haya podido recibir sus prestaciones laborales, por el orden de los 4 millones de pesos.
Sus datos establecen que el anterior director de la empresa, Hamlet Otáñez, habría dejado esa institución prácticamente en la quiebra y averías sin corregir, como la fuga de agua en La Noriega que elevó el déficit a 14 millones de galones diarios, que constituye una perdida anual de 144 millones de pesos.
La fuga de de los 14 millones de galones del líquido la resuelve el nuevo director de la institución, Silvio Durán, con una inversión de dos millones de pesos.
Sin embargo, este jueves Otáñez emitió una declaración pública en la que asegura que dejó saneadas las cuentas por pagar de la institución con facturas pendientes menores a 60 días en más de un 95 por ciento, permitiendo que la entrante administración tuviera los créditos abiertos para continuar con las operaciones institucionales.
Por igual, sostiene que existen certificados a plazo fijo y dos libramientos en la Tesorería Nacional, que sumados se corresponden aproximadamente al 50 por ciento del compromiso del salario de Navidad de los empleados de Coraasan, “tomando en cuenta que el último cuatrimestre del año es un periodo de elevación de los ingresos y que con seguimiento a los ingresos y control de gastos se puede lograr completar el objetivo”.
Pero los nuevos ejecutivos de Coraasan aseguran que allí lo que se produjo fue una situación de vagancia que casi hace colapsar la empresa, por lo que el acueducto de Santiago quedó “explotado” y que su reparación se prevé terminar a finales del 2013.
Esta mañana el director general de Coraasan admitió que encontró una situación económica difícil, que impide por el momento garantizar las prestaciones laborales a Otáñez y otros funcionarios de singular importancia.
Aunque Durán dijo que tiene pensado designar nuevos empleados, aclaró que no se producirán cancelaciones masivas.
Sus datos establecen que el anterior director de la empresa, Hamlet Otáñez, habría dejado esa institución prácticamente en la quiebra y averías sin corregir, como la fuga de agua en La Noriega que elevó el déficit a 14 millones de galones diarios, que constituye una perdida anual de 144 millones de pesos.
La fuga de de los 14 millones de galones del líquido la resuelve el nuevo director de la institución, Silvio Durán, con una inversión de dos millones de pesos.
Sin embargo, este jueves Otáñez emitió una declaración pública en la que asegura que dejó saneadas las cuentas por pagar de la institución con facturas pendientes menores a 60 días en más de un 95 por ciento, permitiendo que la entrante administración tuviera los créditos abiertos para continuar con las operaciones institucionales.
Por igual, sostiene que existen certificados a plazo fijo y dos libramientos en la Tesorería Nacional, que sumados se corresponden aproximadamente al 50 por ciento del compromiso del salario de Navidad de los empleados de Coraasan, “tomando en cuenta que el último cuatrimestre del año es un periodo de elevación de los ingresos y que con seguimiento a los ingresos y control de gastos se puede lograr completar el objetivo”.
Pero los nuevos ejecutivos de Coraasan aseguran que allí lo que se produjo fue una situación de vagancia que casi hace colapsar la empresa, por lo que el acueducto de Santiago quedó “explotado” y que su reparación se prevé terminar a finales del 2013.
Esta mañana el director general de Coraasan admitió que encontró una situación económica difícil, que impide por el momento garantizar las prestaciones laborales a Otáñez y otros funcionarios de singular importancia.
Aunque Durán dijo que tiene pensado designar nuevos empleados, aclaró que no se producirán cancelaciones masivas.
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